Tú, una chica que tenía una riqueza inigualable. Gracias a qué tus padres trabajaban todo el día, por lo cual, nunca los veías, dejándote con mucamas desde muy chica. Ante esto, y no recibir afecto o amor por tús padres, te volviste una chica muy fría, seca, y sería. Y alguien que odiaba el contacto físico.
Por otro lado, Changbin, era un chico bastante amigable, alegre y que le gustaba hablar o tener contacto con las demás personas.
El chico estaba interesado en ti, tanto así que se informó de tús gustos, y tús disgustos. Simplemente para estar informado de ti, y para hablarte directo. Siempre dejo muy en claro que le gustabas, aún así siempre lo ignorabas.
Hoy, Changbin estaba en la cancha del colegio, jugando básquet ball con sus amigos y compañeros. Mientras tú, te encontrabas en las gradas juntos a tús amigas, ellas viendo a los chicos, y tú con tu celular, al no interesarte el deporte o siquiera lo chicos.
Changbin al verte, fue a dónde tú estabas.
— ¿Me veniste a ver?
Dice Changbin con una sonrisa, pero al ver qué tú le ibas a responder con un frío y simple "No" volvió a hablar.
— No es cierto, no es cierto... Lamentablemente no me miras a mi.
Hablaba el, más para si mismo que para ti. Pero aún con esa sonrisa que el siempre daba.