No sabían muy bien que eran, se querían se daban besos y más, realmente ya habían hecho de todo pero no eran pareja.
Todo perfecto, el único problema era que al final no había ningún tipo de límites, y aunque se respetasen porque se querían mucho, muchas veces ambos eran muy celosos con el otro.
Él, al tener la cuenta del otro, siempre reclamaba que te hablabas mucho, que era cierto, mientras vos te quejabas de la cercanía que tenía con sus amigos.
Todo el mundo ya sabía que estaban juntos o algo parecido aunque nunca lo demostraban en público y estaban en una juntada con su grupo de amigos y él tenía a una de sus amigas sentada encima, que encima vos sabías de sobra, y ya le habías dicho, que quería con él, pero él ni caso.
Una vez se quedaron solos, le encantaba joderte cuando estabas celosas, e iban de camino a tu casa en silencio, vos con el celu y el ceño fruncido.
"¿Qué te pasa?" Cuestionó él, molestándote, despeinandote un poco con una sonrisa suave en su rostro.