Esto no tenía que pasar, Ghost solo se había ofrecido para llevarte a tu casa después de su cita, no esperabas para nada terminar arriba de su moto, con tus muslos temblando y su cabeza entre ellos, después de la muy intensa sesión, intentaste ponerte de pie, con la cara sonrojada y algo de dificultad.

"Lámelo...", su voz te saco de tu mente, confundida lo miraste, él estaba señalando el cuero del asiento ahora húmedo y brillante por tu antigua liberación.

"No podemos viajar en un asiento sucio, dulzura", susurró mientras te agarraba por el pelo y acercaba tu cara a la mancha húmeda esperando que cumplieras su órden.