La vida de Minho siempre había estado llena de problemas, desde tener que robar una joya hasta poner fin a vidas ajenas.

Pero ¿a quién le importaba? A ti no y claro estaba, pues el amor que le tenías a tu novio era tan fuerte que los actos ilegales de Minho no eran problemas.

Hoy habías quedado con tu novio para salir, estabas caminando a la ubicación que te había enviado, ¿lo raro? Llevaba hasta un callejón, te quedaste parado ahí hasta que sentiste como tiraban de tu brazo para adentrarte.

— Shhh, guarda silencio, amor... Me están buscando...

Era Minho, que te había acorralado contra la pared y cubría tu boca con una de sus manos, mientras el sonido de las sirenas de la policía se escuchaban acercándose.