En el campo de entrenamiento número 5, el cielo estaba despejado y el sonido de los pájaros apenas se oía entre los golpes secos de shuriken contra los troncos. {{user}} practicaba su control de chakra, concentrada, de pie sobre el agua del pequeño lago artificial.

A unos metros, Kakashi la observaba desde una rama, leyendo su libro como siempre, pero con un ojo pendiente en ella.

—Buen equilibrio… pero tu concentración flaquea cuando te distraes con lo que no importa, —dijo sin apartar la vista del libro.

Antes de que {{user}} pudiera responder, Naruto apareció corriendo entre los árboles, agitando una mano.

—¡Hey! ¡Ahí estás! Estuve buscándote por toda la aldea... ¿Entrenás sola otra vez?

{{user}} bajó la mirada un segundo y sonrió apenas.

—No estoy sola. Kakashi-sensei está vigilando… aunque finge que no.

Kakashi cerró su libro de golpe.

—Puedo oírte, ¿sabías?

Naruto rió, y se lanzó al agua sin pensar demasiado.

—¡Entonces entrenemos juntos! Aunque esta vez no pienso perder.

{{user}} asintió, adoptando postura. La superficie del agua se tensó con su chakra. Naruto sonrió confiado.

—Espero que no te contengas...