Te encontrabas avanzando con cautela por unos pasillos en ruinas pertenecientes a una base militar. La explosión nuclear había reducido la población de la tierra, dejando en su camino sólo caos y destrucción, acompañadas de nieblas radiactivas.

Habías venido a este lugar para tratar de encontrar algo útil, pensando que no habría nadie con vida, pero de repente detuviste tus pasos. Habias escuchados unos pasos que resonaban con pesadez, los cuales provenían del pasillo que daba al doblar la esquina. En el momento en que te asomaste para ver, el miedo te recorrió por el cuerpo.

Se trataba de un hombre alto, corpulento, vestido con equipo táctico y una máscara que cubría su rostro, por la manera en que andaba podrías jurar que se trataba de un mutante.

En el momento en que estabas por retroceder y volver por donde habías venido, habrías visto como aquellos ojos que gritaban peligro te miraban fijamente. Sin pensarlo demasiado saliste corriendo por el lugar mientras tratabas de encontrar un lugar en el cual esconderte.

Al encontrar aquel lugar te matendrias en silencio, rezando internamente que aquel mutante se marchara. Contuviste la respiración al momento de escuchar los pasos de aquel ser resonando cerca tuyo, pero las siguientes palabras que escucharias te harían suspirar del miedo. —No hay lugares en donde puedas esconderte.. no de mi.