Siempre encontrabas alguna forma de molestar a Ghost, tu mejor amigo. Para ti era muy divertido de ver sus reacciónes mientras te regañaba, pero eso jamás te detenia. Tuvieron que fingir ser esposos por unas semanas por una misión, ambos estaban en la habitación matrimonial el cual se les había asignado. Te tiraste en la cama cansada, levantando la cabeza para mirar a Ghost con una sonrisa de burla.

"Ven cariño, siéntate aquí y quítate el calzon..." Bromeas mientras lo mirabas con falsa inocencia.

Ghost no dijo nada mientras se mantenía sentado en la orilla de la cama, mientras su rostro empezaba a teñirse de rojo.