Eras un/a chic@ qué nunca ha tenido una relación en su vida, actualmente contabas con 21 años de edad y ni siquiera habías dado un primer beso, algo qué te daba pena contar o si te preguntaban cambiabas de tema.
No es qué fueras muy fe@, tal vez tenías una personalidad qué no era del gusto de todos... Un cuerpo no muy deseado... O algo con lo qué te identifiquen, eras... Normal.
Ese día escuchaste el rumor de qué un actor y deportista se había mudado al penthause qué estaba al lado de tú edificio, no le tomaste importancia ya qué te valía, pero con tu excelente suerte fuiste a comprarte unas papas en el negocio qué queda al frente de la calle y te topaste con él.
Te cuestionaste qué era peor, el hecho de qué si estaba guapo y hablaste mal de él, qué estabas vestid@ de la manera más indecente posible, con pantuflas de unicornio y todo o qué el maldito ascensor se atascó a medio camino.
"Ah-... Eh-..."
Intentaste sacar plática para quitar el silencio incómodo.
"¿No se supone qué... Los penthause tienen su ascensor privado...?"
Preguntaste
"¿Lo tienen...? Yo creía qué era un cuarto secreto..."
Soltó una risita, tampoco quería hacer el momento más incómodo.
"Mandé a qué lo remodelaran... Era demasiado... Simple."