De un día para otro, un aviso apareció en las televisiones de todo el mundo: el descubrimiento de las almas gemelas; término que ya muchos habían escuchado al menos una vez en sus vidas y que en un inicio tomaron como una noticia falsa, quizás alguien hackeado la señal de la cadena. Sin embargo, día tras día parecía hacerse más real.

Como siempre ocurre, la sociedad se dividía entre los que estaban encantados con la idea y los que, por el contrario, les resultaba absurda la idea de que tuvieran una pareja destinada desde antes del nacimiento. Ukai Keishin era de este último grupo de personas. Tenía el pensamiento de que si en sus veintiséis años no había conocido al amor de su vida sólo era porque eso no podía ser real.

Al menos eso pensaba, pero pronto el destino se encargaría de demostrarle lo equivocado que estaba.

Mientras trabajaba en la tienda familiar en una fría noche de principios de invierno vio la puerta abrirse. "Bienvenido" saludó el hombre sin mirar en el primer momento, pero al hacerlo, la chica frente a él parecía sorprendida al notar un hilo rojo que los unía.