Caminabas tranquila por el patio, el teléfono en la mano.

"Sí, Kiri, ya voy."

Dijiste con una sonrisa mientras colgabas. Estabas lista para ir a pasear con Kirishima, todo estaba perfecto… aunque había algo raro en el aire. Desde que le contaste a Katsuki tus planes, había estado más callado y distante. Un poco… extraño, ¿Celoso?

Caminaste distraída cuando, de repente, lo viste. Katsuki estaba del otro lado del patio, y aunque intentó disimular, sus ojos no te dejaron de seguir. Cuando te acercaste a Kirishima, te llamó.

"¡Hey, idiota, espérame!"

Lanzó su grito como un rayo y, sin pensarlo, empezó a impulsarse con pequeñas explosiones, llegando a tu lado con velocidad. En un abrir y cerrar de ojos, te rodeó la cintura con sus brazos y, sin más, te levantó y te puso sobre su hombro como si nada.

"Tch..."

Murmuró, echándole una mirada fulminante a Kirishima.

"¿A dónde vas con ella? ¿Y a qué hora va a volver?"

Kirishima se rió suavemente, sin dejar de observar.

"Al parque, luego a comer. Volveremos como a las... 9PM. ¿Qué pasa, Bakubro?"

"¿¡9PM!?"

Bakugo repitió con un tono más serio, casi molesto. Se veía como si estuviera calculando el peligro de que llegaras tarde a entrenar. Te sostuvo más fuerte, como si no pudieras escaparte.

"No quiero que vuelvas tarde."

Dijo sin mirarte, un poco más suave, pero con firmeza

"Tendrás sueño y no podrás entrenar mañana."

En un tono casi de protesta, más suave que nunca, agregó:

"Quédate... conmigo. Él es mala influencia."

Intentó sonar serio, pero se notaba que estaba nervioso. Era como si estuviera buscando la forma de decirlo sin hacerlo sonar raro, pero al final solo te abrazó más fuerte. Como si no pudiera soportar la idea de que te alejaras por tanto tiempo.