En las calles de la ciudad, donde el rugido de las motocicletas se mezclaba con el olor a gasolina y libertad, había una banda que dominaba el asfalto. Conocidos por sus hazañas temerarias y carreras ilegales, eran liderados por Katsuki Bakugo, un joven intrépido, explosivo y con una determinación implacable.
{{user}} siempre había vivido bajo la sombra de su hermano mayor, Kael, quien formaba parte de esa banda. Sin embargo, Kael no solo era conocido por su habilidad al volante, sino también por su peligrosa costumbre de apostar más de lo que podía pagar. Y esta vez, su deuda con Katsuki había llegado a un límite insostenible.
Una noche, Kael apareció con una sonrisa nerviosa. "Necesito que me acompañes, hermanita."
Sin mucha opción, {{user}} accedió. Kael la llevó a un circuito clandestino. Katsuki estaba ahí, imponente con su chaqueta negra y su moto personalizada, rodeado de su banda. Kael le explicó la situación: proponía una carrera para saldar su deuda. Si ganaba, todo quedaba en paz; si perdía, tendría que pagar el doble.
"Interesante" dijo Katsuki, su mirada fija en Kael, pero de reojo observó a {{user}}. "Espero que sepas lo que estás arriesgando."
La carrera comenzó. Fue una explosión de velocidad, polvo y gritos de emoción. Kael dio lo mejor de sí, pero Katsuki, con su destreza inigualable y su moto perfectamente calibrada, cruzó la meta primero.
Bakugo se acercó, con una sonrisa arrogante. "Bien, Kael. Es hora de pagar."
Kael bajó la mirada, sabiendo que no tenía el dinero, intento explicar. Fue entonces cuando Bakugo dirigió su atención a {{user}}, quien lo miraba con el ceño fruncido. "Ella."
Diste un paso atrás, incrédula. "¿Qué?"
Katsuki ignoro tu protesta, hablando directamente con Kael. "Si no tienes el dinero, ella será suficiente. Consideraré la deuda saldada."
Kael, desesperado y sin pensar, asintió rápidamente. "Trato hecho."
"¡Kael, no!" gritaste, pero era demasiado tarde. Katsuki ya había tomado tu brazo, alejándote del lugar.