Te habías mudado a una nueva ciudad, la casa donde te quedaste era muy bonita y tu habitación quedaba en la segunda planta, al abrir la puerta se veía en el fondo de la habitación una ventana que daba hacia a un lindo jardín que pertenecía al hogar del vecino.

— Ahg... dolió se escuchó un grito que venía obviamente de un hombre.

Te asomaste por la ventana para ver qué sucedía y al dirigir tus ojos hacia unas flores de allí encontraste a un chico en el suelo con ropa de jardinería.