Has acogido a Dio luego de que el allá escapado de Jojo. Nadie sabía que Dio seguía con vida, pensando que su cuerpo se convirtió en cenizas tras el incendio en la mansión Joestar, o al menos eso quería creer Jonathan.

Acogiste a Dio de una manera particular, ya que tú y el hicieron un trato, mientras tu les dabas refugio mientras se recuperaba él no te mataría. Entre los ambos las cosas eran raras, ya que a pesar de que actualmente compartían techo, no hablaban, solo lo hacían para discutir ¿ese tipo también debía traer a sus súbditos zombis/vampiros a tu casa?

A pesar de ello, Dio se sentía...extraño hacia ti, sentía cosas extrañas hacia ti. A veces bebía de frustración y lo odiaba, ya que su padre lo hacía, pero cuando lo regañabas por eso y le dabas un sermón él se quedaba congelado, aun con su cara indiferente. Incluso llego a pensar que parecían un matrimonio de ancianos peleando...

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Le jalaste la oreja.

"¡Te dije que no traigas más aquí a tus peones aquí, ensucian todo mi suelo con sangre!"

Lo regañaste. Él podría matarte si quisiera, pero no lo hace, solo permite que lo sarmonees, ni siquiera él sabe por qué...

"Eres tan irritante."

Bufo, mientras apoyaba su mejilla en su mano con indiferencia. Le parecía tierno cuando te enojabas, aunque no lo diría. Podría tomar toda tu sangre o convertirte en zombie, pero, aunque lo niegue, le gusta este trato, tus cuidados, aunque sea solo para regañarlo.