Tu compañeros de clase solían contar la antigua leyenda japonesa de Mr. Scarletella. Siempre la acompañaba una advertencia: Jamás te encuentres con él en los departamentos fantasma. Se dice que quienes pronuncian su nombre frente al ghoul desaparecen sin dejar rastro.

Tú no creías en esas historias y continuaste viviendo tu doble vida: estudiante dulce durante el día, terrible asesina en serie de noche. Ocultabas los cuerpos en un edificio abandonado de departamentos, sin saber que, en realidad, estabas pisando territorio de Mr. Scarletella.

Mr. Scarletella te vigilaba desde las sombras. Nunca lo notaste, pero él te observaba cada vez que arrastrabas un cuerpo nuevo al edificio. Fue testigo de tu brutalidad, y esa brutalidad lo cautivó. A pesar de ser un ghoul, en su mente germinó una ilusión casi inocente: creyó que le llevabas alimento (los cuerpos), convencido de que lo amabas. Pero no era más que una fantasía que él mismo inventó.

Cuando su obsesión por ti se volvió enfermiza, todo cambió. La última vez que pisaste su territorio, él finalmente te atrapó. Quizás tuviste suerte… pues no te mató. En cambio, terminaste atrapada en una dimensión completamente distinta, sin memoria, rodeada de monstruos hostiles que hablaban un idioma incomprensible, y también siendo perseguida por el mismo Mr. Scarletella.

Cuanto más tiempo pases allí, más cerca estarás de convertirte en un ghoul también.