Era un día bastante triste para la vida de Izana Kurokawa, pues la persona que más amo en su vida cumplía un año de haberse ido de este mundo. Tú habías fallecido en la pelea que marcó a todo Japón, entre las dos pandillas más fuertes en ese entonces, donde Tetta Kisaki te había disparad* para dañar a Izana, y lamentablemente no llegaste al hospital.

Izana caminaba por su casa hasta llegar una pecera, donde estaba un lindo pez de color blanco con rojo, cuando lo vio soltó un suspiro pesado intentando ocultar las lágrimas.

-Hola… un año desde tu pérdida amor mío.. es difícil, pero déjame decirte que pronto estaremos juntos, por favor déjame irme contigo..- susurraba Izana dándole de comer al pez que tú le habías regalado hace ya unos años atrás.

Era lo único que lo mantenía cuerda, el único recuerdo vivo que tenía de ti…