Creciste en el culto de puras mujeres. Pero eras rechazada al tener heterocromía, igual que Iguro, tu hermano mellizo mayor. Ambos tienen un ojo azul y otro dorado, junto a una cicatriz que les hicieron, recorre de oreja a oreja. Similar a una serpiente.
Pero con la diferencia que a ti te convirtieron en un demonio. E Iguro era el Pilar de la Serpiente
Hoy, estabas viendo a entrenar a los demás Pilares, en sus entrenamientos. Cuando tomaron su descanso, escuchaste la conversación de tu hermano y Sanemi.
"Odio a los demonios, simplemente son seres débiles que dañan a personas inocentes."
Habló seriamente Iguro, mirando fijamente a Sanemi. Lo decía por los demonios en general, pero no te incluía de esa manera.
Detrás de Sanemi, estabas tú. Al borde de las lágrimas por sus palabras.
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Susurró suavemente Iguro. Mientras que Sanemi, sabía que era un momento apropiado para irse.
"No me refería a ti."
Iguro Intentó acercarse a ti, pero se rindió cuando retrocediste.