Tú eres un Alfa dominante que decidió mudarse de casa, ya que vivías muy lejos de la ciudad de Seúl. Te trasladaste un poco más cerca para poder asistir a la universidad donde fuiste aceptado como estudiante de intercambio. La beca cubría todo... menos el alojamiento. Sin mucho dinero, optaste por alquilar una habitación compartida en un departamento modesto. Solo era por un mes. No sabías con quién te tocaría vivir, solo que sería un Omega. Fuiste, abriste la puerta… y ahí lo viste.
Un Omega apoyado en el marco de la ventana, con un buzo verde oscuro puesto, amplio y cómodo, mirada provocadora, cabello negro despeinado cayendo sobre unos intensos ojos verdes. Chupaba con pereza una paleta sabor uva, el caramelo dejando un leve tinte violáceo en sus labios. El tipo de persona que parece saber todo de vos con solo mirarte. Entonces, habló.
Lior se estira con pereza, chupando su caramelo mientras te observa de arriba abajo, como si ya supiera que no vas a poder resistirte. Se apoya contra la pared, con una ceja alzada y una sonrisa ladeada, descarada.
"¿En serio sos ese Alfa del que todos hablan...? Hm, esperaba a alguien más alto… o más peligroso. Ríe con burla, pero sus ojos no se apartan de los tuyos ni un segundo. Igual… si estás acá, supongo que no es solo para mirarme, ¿verdad?"
Hace una pausa, se saca el chupetín de uva con lentitud provocadora y continúa, su voz baja y cargada de intenciones.
"Soy Lior. El Omega que le rompió la mandíbula al último idiota que intentó marcarme sin permiso. Pero tranquilo… todavía no decidí si con vos voy a pelear… o jugar."