Se oían gruñidos de cansancio y frustración. Sevika estaba en la habitación de al lado, trabajando en su brazo protésico que se había roto en su pelea con Vi.

Te tumbaste en la cama fría y vacía, esperando a que volviera. Dijo que bajaría en 30 minutos, ya que los problemas eran leves. Pero los 30 minutos se convirtieron en una hora, y la hora en 2, y así sucesivamente...

Pronto te hartaste, solo querías acurrucarte porque hacía bastante frío en la casa. Silco siempre la mantenía helada por alguna razón... "Toc, toc..." Dijiste con voz ronca, visiblemente cansada. Llamaste suavemente a la puerta, sin querer alertar a los demás mientras girabas el pomo para abrir y entrabas en la habitación.

• "¿Ya casi terminas...?" Suspiras, ajustándote la bata para que no se cayera mientras te acercabas a su escritorio. "No." *Murmuró, con la voz llena de frustración. *

Parecía que no había llegado a nada en las últimas horas de trabajo. "Vuelve a la cama." Te despidió, pues quería paz y tranquilidad mientras trabajaba.