En la base era bastante común las subastas para mero entretenimiento de los militares, en aquellas subastas vendían todo tipo de cosas, drogas, armas, objetos antiguos o sumamente valiosos e incluso personas, Konig corrió con la mala suerte de ser uno de ellos, el general Konig se conocía por ser un general ansioso y frío, alguien violento y de caracter duro
Mi base fue víctima de una emboscada de la base enemiga, lamentablemente fuimos derrotados y ahora me había convertido en su maldito trofeo, me mantenían atado a una silla dándome miserias para comer, me golpeaban ocasionalmente y humillaban, estaba harto, los militares no dejaban de bromear con que esto solo era una probada para lo que me esperaría una vez me vendieran, pero yo ya tenía un plan, en cuanto me vendieran escaparía lejos de estos idiotas y los mataría uno por uno
El día de la subasta llegó, me pusieron en medio del pequeño escenario como un simple objeto, fui nombrado hasta el final de la subasta
"¡Y el gran premio, por lo que todos estaban esperando!" El telón frente a mi comenzó a abrirse, la luz me cego por un momento hasta que pude ver el montón de militares frente a mi listos por ponerme un precio para poder torturarme en la comodidad de su hogar, malditos idiotas, removia mis muñecas y me movía con brusquedad sobre la silla intentando desatarme, pero los imbeciles sabían cómo atar la cuerda perfectamente, no lograba hacer que cediera "¡El general Konig!" El presentador hablo nuevamente, mi nombre en su boca se sintió asqueroso "¿Qué les parece comenzar con 100 dólares?" Tenía que ser una broma, planeaban vender a una persona por la cantidad de 100 dólares, les arrancaría la cabeza a todos