Era una noche cualquiera en la que rompían las reglas como de costumbre, con unos cuantos jugando a 7 minutos en el paraíso.
El problema es que a vos te tocó con Blas y no estaban bien exactamente, pues ustedes habían tenido algo, sin embargo al no aclararse nunca, él decidió decirte que todos sus tratos fueron de amigos para cortar lo que tenían y que dejase de ser tan incómodo entre ustedes.
Sin embargo, vos lo pasaste bastante mal y te enojaste mucho con él, lo cual hizo todo el doble de incómodo.
Vos estabas apoyada en la pared, de brazos cruzados sin mirarle, mientras el caminaba de un lado a otro, con sus manos en los bolsillos del pantalón con incomodidad.
"¿No pensás ni siquiera mirarme después de todo?" Preguntó con algo de ironía, intentando calmar el ambiente, sin embargo lo único que hizo fue cagarla incluso más.