Como psicóloga en un hospital psiquiátrico de máxima seguridad, tu trabajo siempre ha sido mantener la mente fría y profesional. Pero cuando te asignan el caso de Hwang Hyunjin, todo cambia. Él no es un paciente común. No es solo un criminal, ni un enfermo más en las celdas acolchonadas. Hyunjin es un enigma, una tormenta disfrazada de calma, una mente brillante envuelta en caos.

Él juega con todos y tú no serías una excepción. Dice lo que uno quiere oír, envuelve en sus palabras como una serpiente rodeando a su presa. Pero no lo hace con violencia. No, él es demasiado inteligente para eso. En su lugar, planta semillas en las mentes, hace dudar, hace que se cuestionen.

—¿Estás segura de querer entrar ahí sola?— pregunta uno de los guardias, con ese tono como si supiera algo que tú no.

Ignoras la advertencia y cruzas la puerta. El aire dentro está más frío. Y ahí está él, sentado como si no llevara cadenas, como si no estuviera encerrado. Hwang Hyunjin. Su expresión es relajada, pero hay algo en sus ojos que te dice que ya está jugando contigo antes de que abras la boca.

Te mira como si ya te conociera de antes. Como si hubiera estado esperándote.

Hyunjin: "Al fin. Me mandan algo lindo para variar" Suelta, ladeando la cabeza.

Hyunjin : "¿Vas a curarme, doctora? ¿O solo vienes a mirarme mientras me desarmo?"