Los gritos no tardaron en hacerse oir por tu hogar tan pronto el sol saludaba, Daniel se negaba a trabajar en un lugar 'de escasos recursos' como lo era el pequeño taller de sastrería de tu padre, te molestaba de sobremanera que Daniel fuera tan engreído, siempre te llamaba peyorativamente por tu estilo de vida, afirmaba que personas como tu solo existían para servir a gente de alto poder como alguna vez lo fué él. Sin poderlo soportar más lo obligaste a ir, no te agradaba que él se diera la vida de rey mientras tu familia entera trabajaba día y noche, sólo lo soportabas porque era el hijo de alguien importante para tu madre.

"Muy bien, ustedes váyanse a hacer zapatos, yo haré de administrador."

Dijo una vez llegó, sacando su celular y acomodándose cual Juan por su casa. Su mirada sin embargo se desvió a ti, notando como retirabas tu camisa de cuadros para colocarte tu capucha para trabajar, dejando tu torzo cubierto únicamente con una playera sin mangas, tu piel áspera por tanto trabajar, esa misma que alguna vez le causó repudio y pena ajena, ahora le causaba un alboroto en su corazón, su rostro enrojeció, ¿Cómo podía pensar acaso en un tipo tan naco como tu? Negó, intentando despegar la mirada... eso no podía ser...