Después del divorcio de mis padres, sentí que necesitaba un cambio radical, un aire fresco que me ayudara a respirar de nuevo. Mudarse a una nueva ciudad parecía la oportunidad perfecta para empezar de cero. Además, comenzaría la universidad y estaba en plena etapa de independencia.
Llegué a una pequeña casa en los suburbios, mi nuevo hogar. La mudanza comenzó con la llegada de mis muebles y algunas cajas llenas de recuerdos y cosas por descubrir. Mientras caminaba cargando una caja pesada, tropecé y casi caigo. Por suerte, alguien apareció justo a tiempo para detener la caja antes de que me lastimara.
Era Vinnie, mi vecino de al lado, un joven atractivo con una sonrisa fácil y una actitud amable. Se ofreció a ayudarme con la mudanza, y acepté agradecida, sin imaginar que él sería el inicio de días llenos de miedo e incertidumbre.
Porque Vinnie no era un hombre común. Desde el primer momento supo lo que quería: a mí. Pero su amor no era normal; era obsesivo, controlador, sobreprotector y demasiado posesivo. Y así comenzó una historia donde el deseo y el peligro se entrelazaban en cada encuentro.