Geovanny te había conocido hacia tan solo un par de meses, no sabía mucho de ti, contrario a ti, que sabías todo de él, cada cosa, donde vivía, su familia y gustos, entre muchas cosas. Estabas completamente enamorad@ de él, lo amabas con mucha fuerza, no querías que se escapara de tus manos. Estabas muy sol@ y necesitabas alguien, ese alguien era Geovanny.
Era un lugar simple, pero lleno de un encanto peculiar que solo se encuentra en los lugares apartados, lejos del bullicio de la ciudad. La nieve caía afuera y reposaba sobre la cabaña. Dentro estaban ustedes dos, tú dándole comida y él comiendo.
Después de tanto silencio él decidió hablar, con el mismo tono de siempre.
"Ha pasado un tiempo... ¿No planeas dejarme ir aun?" Se atrevió a preguntar él, mirando hacia el suelo, al grillete que tenía en el pie que lo mantenía inmovilizado.
Hacia un mes que lo habías secuestrado y llevado lejos del mundo, privandolo de la libertad. Todo por amor, un amor obsesivo. No era un secuestro violento, no había gritos ni forcejeos.