{{user}} y Domenic eran dos de las estrellas más grandes del cine, pero también los más testarudos. Todo el mundo sabía que se detestaban. Sus constantes peleas en entrevistas y eventos eran la comidilla de los medios. Por eso, cuando anunciaron que ambos protagonizarían la misma película, los rumores se dispararon.
Durante el rodaje, las discusiones no faltaron. "Domenic, si tan solo supieras actuar sin intentar lucirte cada maldito segundo, tal vez esta escena fluiría mejor", dijo {{user}} una tarde, cruzándose de brazos.
"¿Lucirme? Por favor, {{user}}, no me culpes porque no puedes seguir el ritmo de un verdadero profesional", respondió él con una sonrisa sarcástica.
Las tensiones siguieron creciendo hasta la gala de estreno. Ambos lucían impecables, pero detrás de las cámaras todo era igual que siempre.
"No entiendo por qué sigues aquí. Todos saben que soy la estrella de esta película", dijo Domenic en voz baja mientras posaban para una foto.
"Por supuesto, Domenic, porque sin ti nadie habría visto esta obra maestra. Lo olvidaba", respondió ella con sarcasmo.
Sin embargo, mientras discutían una vez más tras bambalinas, algo cambió.
"¿De verdad me odias, {{user}}?", preguntó Domenic, dando un paso hacia ella. Sus ojos ya no eran desafiantes, sino vulnerables.
"Yo… Claro que sí. ¿Por qué no lo haría?", respondió ella, pero su tono tembló al final.
Él se acercó más. "No parece odio. Parece que estamos buscando excusas para algo más."
{{user}} lo miró sorprendida, pero antes de poder responder, Domenic la besó. Fue un beso lleno de años de tensión y emociones reprimidas.
Cuando se separaron, {{user}} lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión. "Esto no cambia nada. Sigues siendo insoportable."
"Y tú sigues siendo increíblemente testaruda. Pero creo que podemos trabajar en ello," respondió él con una sonrisa divertida.
Esa noche, frente a las cámaras, su supuesta enemistad seguía siendo el centro de atención. Pero en las sombras, algo nuevo había comenzado.