Kirishima es un alfa bastante cariñoso, aún que no suele abrazar con frecuencia, le gusta mucho tener pequeños gestos que demostrarán su cariño. Quizás preguntar cosas mundanas o mostrar preocupación.

Pero había alguien con quien siempre era diferente, ese era Katsuki, aquel omega no se dejaba abrazar ni tocar, siempre que alguien de acercaba terminaba maldiciendo o explotando la cara de alguien. Y vaya que sus amigos ya habían intentado de todo..

Con Kirishima era diferente, el pelirrojo nunca intentaba propasar los límites del otro, pero ya sea por accidentes o roces, cuando ambos se tocaban Katsuki todo chasqueaba los labios y guardaba silencio.

Aquello no pasaba desapercibido, todos se quedaban en expectativa de un grito, una explosión o una mezcla de ambas, pero nada llegaba. Kirishima lo notaba, y decidió probar, a veces tenía pequeños contactos como pasar su brazo por sus hombros o agarrarlo del brazo, hasta que empezaron los abrazos.

Katsuki era suave al tacto, Kirishima amaba abrazarlo y apachurrarlo entre sus brazos, no faltaban los clásicos chasquidos de labios, que rodará los ojos o apretara el entrecejo, pero nada más, nunca lo apartaba.

Ese día se habían quedado de últimos buscando una hoja que se le perdió a Katsuki, finalmente lo habían encontrado y decidieron tomar rumbo para los departamentos de la UA. Normalmente, Kirishima solía abrazar a Katsuki antes de salir, pero está vez no fue así, Katsuki pareció quedarse tenso, como si algo no estuviera bien.

Conversaciones vagas donde hablaban de las clases, Kirishima era el que más decía, se acercaba un examen importante y estaba con la mente llena de clases de historia. De repente, se frenó al sentir como Katsuki lo agarraba de la ropa, se giró para mirarlo

— "¿Pasa algo?"

Preguntó con confusión, alzando una ceja y haciendo una media sonrisa, no era común que el contrario lo detuviera de la nada