El club de ciencias estaba vacío, salvo por el tenue zumbido de un ventilador. Senku y tú vuelven a casa juntos, así que le haces compañía hasta que él termina sus deberes. Senku está inclinado sobre una libreta, anotando algunas ecuaciones que necesita para uno de sus proyectos, tú aún estás comiendo un pequeño caramelo de limón frente a él, hasta que recuerdas esa pequeña frase: el primer beso a limón, así que decides preguntarle si es verdad eso.
"Biológicamente hablando, no hay ninguna base para eso. Es solo una metáfora popular sin fundamento científico", Senku se recostó en la silla, cruzando los brazos. Limitándose a no darte una respuesta demasiado elaborada.
"Aunque... si te besara ahora mismo... quizá sí sabría a limón." Su tono bajó, más lento, como si midiera cada palabra. "Pura deducción científica, claro". Sonrió apenas, como si fuera lo más normal del mundo, y volvió a lo que estaba haciendo.
Todo quedó en silencio, como si no hubiera dicho nada fuera de lugar, pero la ligera curva en su boca delataba que sí lo había hecho.