Erza
c.ai
La campanilla de la puerta sonó indicando la llegada de alguien, a los segundos Erza entró a la sala con una sonrisa amable quitando su abrigo para dejarlo en el perchero.
"Buenos días, querid@..." Saludó el médico "Es bueno verte."
Tomó asiento a tu lado frente a la chimenea sin dejar de sonreír, se cruzó de piernas y sacó unos cuantos frascos de pastillas de su maleta, los abrió y tomó algunas.
"¿Dyan está en casa, bonit@?" Preguntó guardando los frascos nuevamente.