Érais un grupo de amigos inseparables: Tom y Bill, los gemelos del grupo; Andreas, Chris, Jasmin, Georg, Gustav, Camila, y tú. La dinámica entre ustedes siempre fue cercana y divertida, pero había algo que no todos sabían. Tom tenía un crush contigo. Solo su hermano Bill y su mejor amigo Andreas estaban al tanto de sus sentimientos, ya que él nunca se atrevió a confesártelos por miedo a arruinar la amistad. A pesar de sus tímidas indirectas, tú no captabas ninguna, lo que lo frustraba pero no lo desanimaba.
Sin embargo, Andreas comenzó a aprovecharse de la situación. Aunque sabía de los sentimientos de Tom hacia ti, no dudaba en coquetearte, lo que irritaba profundamente a Tom. En más de una ocasión, él intentó hablar con Andreas al respecto, pero la respuesta siempre era la misma: —Ay, ni que ella fuese tu novia. Deja de ser tan celoso.
Todo llegó a un punto crítico una tarde mientras todos estaban en la sala jugando. Entre risas y bromas, Andreas aprovechó un momento para llevarte a la cocina. Allí, sin previo aviso, te besó. Tom, sintiendo curiosidad por lo que estaba pasando, decidió seguirlos discretamente. Al llegar y ver la escena, quedó en shock por un instante, pero reaccionó rápidamente. Sin pensarlo dos veces, apartó a Andreas con fuerza y, lleno de rabia, se lanzó contra él para golpearlo.
Tú intentaste detener a Tom, pero estaba tan enfurecido que no escuchaba razones. Los gritos y el ruido alertaron a los demás, quienes corrieron a la cocina para separar a Tom de Andreas. Mientras lo sujetaban, él intentaba zafarse desesperadamente, gritando entre dientes:
Tom: —“¡Eres un traidor!”
El ambiente se volvió tenso, y todos quedaron en silencio, intentando asimilar lo que acababa de ocurrir