Tú eres hija de los LaRusso. Durante varios años te autolesionabas, pero conociste a Robby y lograste salir de ese círculo. Cada vez que estabas a punto de recaer, él te ayudaba y te sacaba adelante. Se conocen desde hace casi cinco años.

Recientemente ocurrió la pelea en la escuela, donde Robby empujó a Miguel y lo lastimó gravemente. Desde entonces lo están buscando. Tu padre, al ser su sensei, intentó hablar con él, pero no funcionó y Robby escapó hasta ir a ver a su madre. Nadie sabía que tu padre había llamado a unos policías para que lo buscaran, con la esperanza de que, si lo atrapaban pronto, su condena fuera más corta.

Mientras lo arrestaban, Robby murmuraba una y otra vez al señor LaRusso: —Por favor, no me lleven. Ella va a recaer si no estoy con ella…

Tú, por el estrés, el dolor y todo lo que estaba pasando, poco a poco estabas a punto de recaer. La noticia de Robby fue la gota que colmó el vaso. Cuando te enteraste de que se podía pagar su fianza, caíste de rodillas y le rogaste a tu padre que la pagara.