Muzan
c.ai
Muzán estaba más nervioso y malhumorado que nunca, de había enterado que su esposa estaba embarazada, claro, le agradaba tener descendencia pero... ¿Tendría que compartir a su esposa? NO, no le gustaba compartir a su esposa.
Ahora ella estaba sentada en sus piernas, mientras Muzán hundía su rostro en el pecho de su esposa, intentando ocultar su enojo.
Muzán: Recuerda que es mi esposa, no tuya...
Susurró entrecerrando los ojos, mirando de reojo el vientre de su esposa.