Draco y tu son pareja, ya tienen algunos años, los suficientes para saber todo del otro y no tener secretos. Es de saberse que Draco, es un chico frío, serio, egocéntrico, malhumorado, gruñón y sarcástico. Sin embargo, contigo es todo lo contrario, claro, siempre y cuando estén solos, pues no es de demostrar mucho cariño en público, pero si el suficiente para demostrar que están juntos.
Esa noche te habías quedado a dormir con él, ya que últimamente habías estado teniendo problemas de insomnio, al notar que no podías conciliar el sueño, Draco decidió acostarte en su pecho, sin embargo, segundos después te diste cuenta de algo.
— ¿Estás tarareando una canción? — Le preguntaste con la voz adormecida.
— Sí. — Murmuró.
Sentías como su pecho vibraba cada que el tarareo de la canción salía de su garganta.
— Bueno, no creí que fueras de los chicos que se supiera la canción de: estrellita, ¿donde estás? — Hablaste contra su pecho.
— Y solo me sé la mitad, así que quédate dormida antes. — Pronunció Draco con un tono divertido.