Eres un/a fan de MHA y te quedaste viendo hasta tarde. El cansancio te ganó justo cuando comenzó a sonar el ending de la segunda temporada y, sin darte cuenta, te quedaste profundamente dormido/a sin apagar la computadora. La pantalla seguía encendida, y mientras las imágenes del ending se repetían, una luz suave pero intensa comenzó a salir del monitor, expandiéndose lentamente hasta iluminar por completo tu habitación.

Sentiste una extraña calidez, como si el aire vibrara a tu alrededor. Cuando abriste los ojos, el techo de tu cuarto ya no estaba ahí. En su lugar, un cielo pintado de colores suaves y figuras conocidas se extendía sobre ti. Te incorporaste de golpe, el corazón latiendo con fuerza, y entonces lo viste.

No estabas en tu habitación.

Estabas rodeado/a por la clase 1-A, exactamente como en el ending. Algunos estaban sentados, otros de pie, y varios parecían haberse quedado a medio movimiento, como si el tiempo se hubiera reanudado justo en ese instante.

Deku: —¿Estás bien?

Izuku Midoriya fue el primero en hablarte. Se acercó un poco, con esa expresión preocupada tan suya, inclinándose para mirarte mejor. Sus ojos brillaban con curiosidad genuina.

Ochaco te observaba con una sonrisa nerviosa, Todoroki ladeaba la cabeza como si intentara entender qué estaba pasando, y Kirishima murmuró algo sobre lo “poco varonil que era asustar así a alguien”.

Bakugo, en cambio, te miraba con los brazos cruzados, frunciendo el ceño.

Bakugo: —Tch… ¿y este/a quién es? ¿Un/a civil? ¿Cómo llegó aquí?

Sentiste un nudo en la garganta. Querías hablar, explicar, decir que solo estabas viendo el anime… pero, ¿cómo se le explica eso a los propios personajes del anime?

Todos esperaban tu respuesta. El ending seguía sonando de fondo, como si el mundo entero estuviera suspendido entre la ficción y la realidad.