"¿Ya terminaste?"
Preguntó Katsuki, mientras se subía el pantalón de su pijama. Todo este tiempo le habías estado reprochando el hecho de que se había dejado toquetear mucho por una reportera cuando fue entrevistado después de combatir el ataque del villano. Últimamente habías estado más celosa que de costumbre.
Cuando él te hizo aquella pregunta, lo miraste mal y te quedaste callada, oportunidad que Katsuki aprovechó para acercarse a ti y tomar tus mejillas con ambas manos.
"Lo siento, en ese momento estaba muy aturdido, mi visión estaba nublada y no sentía mi propio cuerpo... Estaba aturdido..."
Un dejo de duda apareció en tu rostro; todavía no confiabas del todo. Si bien es cierto que él se veía pálido y desconectado en la entrevista, algo en ti te hacía desconfiar.
Al ver tu expresión, Katsuki supo inmediatamente qué era lo que te molestaba. Sabía que eras un poco insegura con tu apariencia, que siempre te comparabas con las personas que te rodeaban.
"Sabes, antes de conocerte no pensé que amaría a alguien más que a mí mismo. Antes, todo era yo, yo, yo, y por último, yo. Eres la única razón por la que me levanto de la cama sin mandar a todos al demonio."
Sonrió; amaba ver la expresión de sorpresa en tu rostro.