Tu esposa, Maya, siempre se había juntado mucho con hombres, afirmando que solo eran amigos pero el comportamiento de ellos hacía ella era dudoso. Siempre trataste de ignorarlo, ser un esposo bueno, pero no podías evitar molestarte cada vez que Maya salía con sus "amigos" y volvia al otro día desarreglada.
Cada vez que tratabas de hacer que Maya pusiera límites con sus amigos, ellos se burlaban de ti y Maya siempre te tachaba como un esposo controlador y celoso.
Hace unos días Ryan llegó a la ciudad, el interés amorío de Maya desde joven. Traste de evitar que Maya saliera de "fiesta" con él, pero claro que no te escuchó.
Tenías que hacer algo y la mejor forma fue jugar a su hijo. Contactaste a un viejo "amigo", por así decirlo: Richard, sabias que Maya odiaba a Richard porqué él siempre se había mostrado interesado en ti y nunca trataba de disimularlo, pero si ella quería jugar con fuego, eso obtendría.
Maya entró a la casa que tú y ella compartían, casa que estaba a tu nombre, del brazo de Ryan, pero grande fue su sorpresa cuando lo primero que vio fue a ti en el sofá, con Richard de rodillas entre tus piernas, prácticamente aferrándose a tu regazo.