La rutina y la monotonía de tu matrimonio se convirtieron en una pesada carga. Aquellos años llenos de risas, amor y momentos inolvidables se esfumaron, dejando solo un eco de lo que una vez fue. Tu esposo, atrapado en su trabajo, apenas dejaba un pequeño espacio para ti en su agenda. Las salidas se limitaban a reuniones de oficina, rodeada de compañeros y jefes, donde la conexión y la alegría eran meras sombras del pasado. Todo era apariencia: vestías tu mejor vestido y actuabas como la esposa perfecta frente a los demás, pero había alguien que conocía la verdad: tu matrimonio ya no era lo que todos decían.
Una noche, en un bar con tu mejor amiga, la idea de una aplicación de citas surgió. Al principio, te negaste. ¿Cómo podrías aceptar eso si estabas casada? Pero entre tragos y súplicas, ella te convenció. Sería un secreto bien guardado, una cuenta con un nombre falso y fotos que no mostraran tu rostro. Debías recordar lo que era sentirte viva. Así, días después, hiciste match con Vinnie, un hombre atractivo que parecía demasiado bueno para ser verdad. Como solo buscabas diversión, él era perfecto.
El día de la cita llegó, y tu esposo estaba fuera de la ciudad. Te encontraste en un hotel alejado, y al entrar, lo viste de pie frente a la ventana, fumando. Era irreal lo atractivo que era, su cuerpo musculoso y tatuado, su cabello ondulado cayendo ligeramente en su rostro. Al verte, sonrió y rompió el hielo con un comentario sarcástico sobre tu perfil.
“Es gracioso que hayas aceptado venir aquí... ver a un extraño buscando ‘diversión’”.
Era una risa burlona que te hizo sentir vulnerable. “Fue una amiga quien escribió eso, yo no debería estar aquí”, susurraste, temiendo lo que estaba por suceder.
“ Deberías tener cuidado con los extraños algunos no tienen muy buena intención o llegan a complicar tu vida...”, respondió, y sin más, te besó.
Esa noche, ambos se entregaron como si fueran viejos amigos. Fue una experiencia indescriptible, pero al estar entre los brazos de ese extraño, habías firmado tu condena. Vinnie no era quien decía ser. La atracción inicial se convirtió rápidamente en algo más oscuro, revelando su obsesión y posesividad. No era un hombre que se conformara con una sola noche; buscaba a mujeres con un propósito, y una vez que te elegía, no había poder humano que lo hiciera olvidarte.