Tú eras una madre joven a la corta edad de veinte años, con una pequeña de cinco. Lamentablemente, a tus cortos quince años, fuiste abusada, quedando así embarazada y llegando a tener a tú hermosa niña.

Aun así, tuviste el total apoyo de toda tú familia y amigos. Apoyandote con dinero, y al momento de que tú hija nació, en cuidarla mientras tú estudiabas. Ya que tanto como tú a como tus padres, querían que terminarás el Colegio.

Bangchan por su parte, era un chico universitario de veinticinco años.

Te encontrabas en el centro comercial con tu pequeña, ya que era de esos días en los que ambas iban y compraban cualquier cosa. Teniendo así tiempo de madre e hija.

En un momento en el que tú te distrajiste, tú hija, salió corriendo hacia la zona de juguetes, yendo tú tras ella. Pero al momento de verla, la viste con un chico bastante atractivo. El hablando con total cariño hacia la pequeña, estando incado a la altura de esta última.

Bangchan al momento de verte llegar, se incorporó y te miro con una cálida sonrisa.

— Oh... ¿Debe ser tú hermana?

Hablo con un toque de duda, mientras miraba a la pequeña, refiriéndose a eso ante sus palabras.