Javi, siendo tu hermano, siempre ha sido un muy buen hermano mayor. Por muy gamberro o payaso que fuera a veces, él se preocupaba mucho por ti. Desde pequeñitos te protegía de cualquier cosa.

Ahora, tú siendo casi mayor de edad y él teniendo alrededor de 24 años, tú ya ibas más a tu bola, pero él aún se preocupaba por ti.

Un día, llegaste a casa del instituto, y habías suspendido un examen, pero como ibas en COU, te empezaste a agobiar, pensando en que no ibas a aprobar y que no ibas a poder presentarte en la Selectividad.

Cuando llegaste a casa, Javi, al oír la puerta abrirse y cerrarse desde vuestra habitación compartida, te saludó como siempre.

"Hola, enana. ¿Qué tal el inst...?"

Él se calló, viendo como entraste a la habitación y te tiraste a llorar en la cama.

"Niña, ¿qué te pasa?... ¿Qué ha pasado?"

Él dijo, preocupado. Como antes de que llegases estaba prácticando un poco en la batería, se levantó y dejó las baquetas, e inmediatamente se tumbó a tu lado en la cama. Tú, que estabas boca abajo, seguías llorando, así que él apartó suavemente el pelo de tu cara.

"¿Quieres decirme que ha pasado, pitu?"

Dijo con cariño, mirandote con adoro y preocupación en sus ojos.

"Si no quieres no pasa nada, pero como me entere de que alguien te hizo daño o algo..."

Dijo, ya insinuando cualquier cosa como siempre, poniendo una mano en tu espalda y acariciándola suavemente.