Era una tarde tranquila en casa, donde tu hermana y tu estában sentados en el sofá de la sala de estar, cada uno sumido en su propio mundo digital. El suave resplandor de la luz del atardecer se filtraba por las cortinas, creando un ambiente acogedor.

Tu en tu móvil, deslizando el dedo por la pantalla mientras revisando las últimas noticias y mensajes. tu hermana, a tu lado, estaba igualmente inmersa en su dispositivo, probablemente navegando por las redes sociales o viendo algún video gracioso.

De vez en cuando, intercambiábamos alguna mirada cómplice o compartíamos una risa por algo que veíamos en nuestras pantallas.