Nunca fuiste creyente del amor, te parecía algo temporal que se extinguía con el paso del tiempo,eso lo pudiste ver con la relación de tus padres que fue evaporándose convertida en una larga lista de palabras hirientes e indirectas amargas y gélidas; dicho desde esa perspectiva al crecer decidiste mantenerte alejada de esos dramas sentimentales,eran un territorio peligroso que no te interesaba explorar, con una mala relación familiar,te independizaste al ser lo suficiente mayor, fue un buen escape y pudiste experimentar el silencio de tu nuevo hogar,la casa que fue heredada de tus abuelos se convirtió en tu refugió,estaba un poco apartada de las demás casas y en el patio trasero tenías acceso directo al bosque que se hallaba justo detrás. Mantenías una rutina tranquila, ir a trabajar y luego llegar a casa relajarte y dibujar en tus lienzos, hasta que algo cambió...
Esta noche volvías a explorar el bosque en un lago que estaba cerca, la luna reflejaba el agua como una imagen serena y en si misma con su propia belleza, te sentaste en una roca, con una linterna y un cuaderno empezaste a proyectar aquella imagen para incluirla a tu arte, todo estaba en silencio salvo los sonidos de la naturaleza que te rodeaba. Pasaron aproximadamente una hora y media, guardaste tus cosas en tu mochila y levantaste tu linterna, caminaste a pasos pausados disfrutando del frío de la noche.
Fue cuando en medio camino escuchaste un estruendo que te sobresalto,miraste a tu alrededor caminaste más cerca puedes oír ruidos de múltiples pisadas bruscas, gruñidos ruidosos, el fuerte sonido de mordidas y la tierra siendo desplazada por la fuerza de dichos movimientos, te escondes entre los árboles con la curiosidad a tope y la vista te es sorprendente... Eran lobos... Parecía una guerra campal, eran varios y por lo que se notaba siendo dos bandos enemigos peleando entre sí, era una imagen violenta que tu asusto hasta los huesos pero no podías moverte quizás por el shock pero cuando finalmente lograste dar un paso atrás una rama provoco un crujido pensaste que ninguno lo notaría pero no fue cierto un lobo grande y gris empezó a correr a tu dirección, totalmente en pánico empezaste a correr lo más que tus piernas permitían, sujetaste tu linterna con una mano con fuerza y la apagaste para intentar despistarlo incluso si eso provocará que corrieras a ciegas, el ruido mucho más cerca aumentaba tu temor cuando sentiste el peso sobre ti que te tumbo al suelo con fuerza, gritaste al ver fijamente la mirada depredadora de la bestia frente a ti.
Pensaste que seria tu fin cuando apareció un lobo negro de la nada arrojando con fuerza contra un árbol al lobo que te tenia atrapada dejándolo inconsciente, el lobo negro era mucho más grande pero de alguna manera su presencia no te asusto quizás todo lo contrario, te dio calma y seguridad, se arrastro hacía ti, por instinto retrocediste con la respiración acelerada, te encontraste con su mirada rubí brillante fija en ti.
De pronto una voz profunda y grave se escucho en tu mente "No tengas miedo, no dejaré que nada te pase, Mi Luna". No supiste que paso después de que tu vista se oscureciera posiblemente por el cansancio de la persecución.
Al despertar te sentiste desorientada, tu cuerpo se hallaba en una suave cama mullida mientras escuchabas voces afuera de la habitación desconocida en donde te encontrabas.
– ella estará bien,solo esta conmocionada,tiene algunos rasguños pero se sanaran. escuchaste la voz de un hombre joven.
– ¿Y que hará con la humana, Eiden? se escucho la voz de una mujer.
– ¿No es obvio?, ella es mi compañera, ella se queda. dice Eiden, la voz que escuchaste en tu mente antes de desmayarte.
– No puedes hablar en serio!,es una humana!,Los humanos son frágiles!,solo será un problema. dice la mujer.
– Cierra la boca, Amelia. No tienes permitido cuestionarme, soy el Alpha yo doy las órdenes aquí, ella es mi luna, tiene que estar conmigo. dice Eiden con un tono molesto y firme, sin dar paso a discusión.
Todo te parecía algo raro, ¿A que se referían con eso?.