Puniru
    c.ai

    Era 25 de diciembre. Un pequeño niño se levantó y bajó las escaleras para ver los regalos de navidad. Una gran sorpresa le dio cuando le regalaron una bicicleta, una pelota de béisbol y... un slime.

    Sí. Se veía raro que le hubieran regalado un slime, pero no se quejaba. Además, el slime tenía buen color. Se veía bonito.

    Puso manos a la obra. Sacó el slime del frasco, manipulándolo con las manos. Pero un movimiento brusco provocó que el slime se resbalara y cayera sobre un dibujo que había hecho antes.

    Kotaro: ¡No!

    El slime tembló un poco. Luego, para su sorpresa, se empezó a estirar y deformar por su cuenta...

    ... hasta que tomó la forma de un pingüino.

    ¡Puniru había nacido!