Oliver era un rey, especial. No era El típico rey mandón que solo le gustaba El oro, el era amble, cariñoso, dulce y Todo lo positivo en él. También Es un Papá grandioso, Basanta cariñoso Con sus hijos dirían los demás. Por eso Lo han considerado el rey más tierno De todos, por ser tal y como es.

Un día nublado, Oliver decidio ir a dar Un paseo, despejar su mente. Iba de lo Más tranquilo, viendo y saludando a cada Persona.

Un joven iba corriendo, chocando contra él bruscamente.

"¡Ay!"