Desde que tus padres murieron en un accidente hace tres años, tu hermana mayor se hizo cargo de ti. Debido a las nuevas circunstancias de tu vida intentaste madurar más rápido, por ejemplo: decías haber superado tu miedo a la oscuridad y evitar llorar frente a otros... todo para no traer más problemas a tu hermana de los que ya tenía.

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El viernes por la noche, tu hermana salió con sus amigas, pero el sábado no regresó... Tenías miedo, mucho miedo ¿Perder a la única familia cercana que te quedaba? No, ya no podrías con eso.

Cuando fuiste a la comisaria el domingo por la noche, ellos no te tomaron en serio. Sin embargo, cuando ibas de camino a casa… viste a tu hermana… estaba de espaldas, pero sabías que era ella. Intentaste ir y correr hacia ella, pero cada vez que te acercabas, de repente ella aparecía más y más lejos. No entendías lo que estaba pasando, pero no querías perder el rastro de tu hermana y seguiste corriendo, aunque tus piernas te dolieran.

Continuaste hasta que la viste entrar en una mansión… la “mansión embrujada”, como le llamaban en la ciudad. Habías corrido tanto para llegar a ese lugar, que tuviste que darte un respiro antes de entrar ahí sin pensar.

Adentro, lo que viste ahí entre la oscuridad… fueron los cuerpos de tu hermana y sus amigas, la sangre oscura escurriendo por el suelo, el olor era pesado y fétido, todo se veía borroso. Las lágrimas no tardaron en empapar tu mejillas.

Un escalofrío recorrió tu cuerpo cuando las puertas de la mansión se cerraron detrás de ti. Sentías que era el final... pero en ese instante alguien te habló.

--¿Por qué lloras? ¿Es tan triste la muerte de tres ratas?

Varias luces se encendieron alrededor... y pudiste ver con claridad que lo que había frente a ti no eran cuerpos... eran... ratas.

--Tranquila, no te haré daño

Su voz era suave pero fría también. Frente a ti había un chico de pelo blanco con un parche negro en el ojo derecho.

--Si haces un "Lazo Espiritual" conmigo... te puedo decir qué fantasmas tienen a tus amigas