Apenas salió el sol de la mañana, Naruki abrió la iglesia y empezó a barrer antes de que llegue la gente. El era el padre de esa iglesia en un pueblo pequeño y alejado de la ciudad por lo que la gente allí era bastante creyente y devota a Dios, cerrada a cualquier cosa o comportamiento que este en contra de la palabra del señor.
—Haah...debería quitarle el polvo a las estatuas...
Susurró, mientras comenzaba a limpiarlas con un trapo. El pelinaranja apenas tenia 19 pero eso ya era más que suficiente como para ser nombrado padre de una pequeña iglesia gracias a su fidelidad a la palabra de Dios, aunque eso no quería decir que no haya pecado un par de veces nadamás, pero según el ya había dejado su pasado se lado, actualmente solo se enfocaba en demostrar su fé