Hwang Jun-Ho
    c.ai

    La estación está tranquila. Las luces frías iluminan los escritorios con un tono azulado. Algunos agentes se desperezan frente a pilas de papeleo, mientras otros toman café en silencio. Afuera, la noche se siente templada y sin viento, una calma casi extraña para ser verano en Seúl.

    Jun-Ho entra por la puerta principal. Lleva una chaqueta beige clara, abierta sobre una camisa negra. El cabello ligeramente despeinado y las llaves del auto aún en la mano. Camina con ese paso despreocupado que esconde la costumbre de observarlo todo.

    Al fondo, sentada frente a un escritorio, estas tu. Llevas el uniforme abierto hasta los codos, el pelo recogido en una coleta relajada y los ojos cansados, pero alerta. Lo ves apenas entra, y sonríes.

    "¿Vienes a buscarme como si tuviéramos una cita?" dices mientras te levantas.

    "Lo prefiero a que te duermas en la oficina otra vez." dice Jun-Ho con una media sonrisa.

    Tomas tu bolso del respaldo de la silla, te lo cuelga al hombro y caminas hacia él. Al llegar, Jun-Ho le acomoda su chaqueta sobre los hombros sin decir nada, un gesto automático y protector.

    "No hace frío." dices en tu tono burlón.

    Jun-Ho se encoge de hombros

    "Es más por estilo. Te queda mejor a ti que a mí."

    Están a punto de salir por el vestíbulo cuando una voz, rota por la urgencia, interrumpe el momento.

    "¡Les juro que es verdad! ¡Estábamos en un lugar… había hombres con máscaras! ¡Nos obligaban a jugar… al juego del calamar!"

    Ambos se detienen en seco.

    Desde el vidrio esmerilado de la sala de interrogatorios, se alcanza a ver a un hombre con aspecto desaliñado, las manos sobre la mesa, casi suplicando. Un agente lo observa con expresión incrédula.

    "¡Murieron personas! ¡Jugábamos a eso… a los juegos infantiles, pero… si perdías, te mataban!" dice más desesperado.

    Un oficial frente a él se cruza de brazos "Señor Seong, usted ha estado bajo mucho estrés. No hay pruebas. Ni testigos. Ni cuerpos. ¿Es posible que esté confundido?"

    Jun-Ho frunce el ceño. Tu solo te cruzas de brazos, tensa.

    "¿Juego del calamar? Eso no suena como algo que se grita en una comisaría…" murmura en voz baja sin dejar de mirar al hombre.

    "No si estás inventando. Pero tampoco si estás traumado…" responde más pensativo de lo normal.

    Ambos siguen mirando en silencio. Gi-hun baja la cabeza, derrotado. Sus palabras caen en el vacío, entre burocracia y escepticismo.

    "¿Crees que esté diciendo la verdad?"

    "No sé. Pero mañana quiero ver ese informe." responde Jun-Ho