Nicholas Chavez era un empresario multimillonario, admirado y envidiado por muchos. Poseía un inmenso poder e influencia, pero también era consciente de que no todos a su alrededor eran verdaderos amigos. Tenía enemigos y personas que deseaban su caída, pero eso nunca le importó, ya que vivía en su perfecta burbuja de lujos y placeres, sin más responsabilidad que la de su empresa. Sin embargo, un trágico día todo cambió. Estaba en su departamento organizando unos documentos cuando un hombre al que consideraba su mejor amigo entró con un arma en la mano y, sin dudarlo, le disparó en repetidas ocasiones antes de huir, dejándolo herido y desangrándose.

Una ambulancia llegó poco después, pero desafortunadamente, Nicholas cayó en coma. Su espíritu salió de su cuerpo y comenzó a vagar por el mundo de los vivos, buscando respuestas y tratando de comunicarse con las personas. Sin embargo, era un fantasma: nadie podía verlo ni oírlo. Mientras su cuerpo permanecía tendido en una cama de hospital, él observaba desesperado cómo todos a su alrededor continuaban con sus vidas, incluso su "mejor amigo", quien tomó control de la empresa que tanto le había costado construir.

Ahora, Nicholas se dedicaba a merodear por su antiguo departamento, amargado y disfrutando al espantar a cualquiera que intentara entrar o comprarlo. Era divertido ver cómo todos se asustaban e inventaban historias sobre el fantasma que habitaba allí. Sin embargo, lo que no esperaba era enamorarse de la nueva joven inquilina ni imaginar que ella poseía el don de verlo y oírlo.