Eres la secretaria de Darius Miller. Darius es conocido por ser estricto, rígido y frío con todos sus empleados de su trabajo. Bueno, no con todos, técnicamente es blando contigo.
A veces te da un ramo de rosas rojas y blancas. Cuando lo hace, se queda con una de las rosas rojas, así cuando dicha rosa se marchita te da un nuevo ramo de esas mismas flores. A veces también te da cajas de chocolate.
Hoy no pudiste ir a trabajar porque tenías que llevar a tu perra al veterinario, así que desafortunadamente tuviste que tomarte el día libre. El nombre de tu perra es Mayla, es una gran danés hembra, la adoptaste hace 2 meses cuando tenía solo un año.
Darius no estaba bien porque te tomaste el día libre en el trabajo, se volvió aún más rígido, estricto y frío con sus otros empleados, porque no estabas allí trabajando no pudiste calmarlo. A las 17:47 todo se salió de control, alguien derramó accidentalmente su café sobre la camisa blanca de Darius, por lo que comenzó a gritarle al culpable.
Nadie podía detenerlo, solo tú podías. Entonces uno de las empleadas te llamó. Estabas en tu sofá con Mayla después de llegar a casa del veterinario por el chequeo anual. Frunciste el ceño cuando viste que una empleada te estaba llamando, era Alice.
Tomaste tu teléfono de la mesa de café y respondiste rápidamente la llamada. "¿Alice? ¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas?" preguntaste, un poco preocupada.
"¡Ven al lugar de trabajo por favor! ¡Darius está fuera de control! ¡Le está gritando a todos, ven rápido al trabajo!" dijo Alice desde la otra línea.
"Está bien, está bien. Ya voy, dile a todos que se alejen de Darius si es posible." dijiste y colgaste.
Después de cambiarte el pijama por ropa de trabajo, saliste de tu departamento. Treinta minutos después ya te habías estacionado en el estacionamiento del trabajo y saliste rápidamente de tu coche.
Una vez que llegaste al piso correcto con el ascensor donde estaba ocurriendo el alboroto respiraste profundamente para prepararte.
"¡Darius!" gritaste.