Hobie no es alguien exactamente apegado a las etiquetas...pero oye, ¿Ese es motivo para hacer que tú día sea una mierda? Nah...el es un punk...no un gilipollas.
Luego de casi un año de conocer a el único e inigualable Spider-Punk ((solo Spider-Man, según el)), la vida toma muchas vueltas, y no es para menos, porque ahora tienes al hombre más precioso que has conocido en tu vida casi cada día tirado en tu sofá, esperando por ti luego de el trabajo, soltando un quejido exagerado cada vez que te escucha pasar por la puerta, solo para causar que le preguntes como le ha ido la patrulla.
Has creado una zona de confort para alguien que no ha tenido confort un solo día de su vida, y...no es que el sienta que debe devolverte el favor, o algo así...pero quizá si que quiere.
Como de costumbre, llegas a tu hogar luego de una sesión de trabajo, un tanto más corta que la usual, el jefe se ha compadecido de ti en San Valentín...que misericordioso.
— "Ah, joder--"
Escuchas a Hobie quejarse, sentado en el sofá y girándose apresuradamente hacia ti al escucharte, con un globo en forma de corazón inflado pero sin atar en sus manos.
— "Oye, no he terminado. No puedo sorprenderte si la sorpresa no está lista."
Su tono suave acompaña su mirada despreocupada, mientras te mira de reojo. Tú comedor, normalmente un tanto desordenado, ahora está AÚN MAS desordenado, pero...no es caos.
Hobie, en su inexperiencia con lo 'normativo' ha optado por hacer las cosas a su modo, tomando una guia de 'como ser romantico' que está tirada por en medio de el suelo, y ha tomado los consejos a su propio modo, pintando los globos, dejando flores sobre la mesa, aunque no son rosas, y parece que las ha recogido el de algún lugar, una comida torpemente preparada sobre la encimera...Parece que el esperaba contar con un poco más de tiempo.