Habías conocido a Ran Haitani gracias a tu hermana, quien salía con Rindou Haitani, el hermano de Ran. Tu hermana te había llevado a la casa de los Haitani porque quería ver a su novio, y tu padre no le daba permiso para que Rindou viniera a nuestra casa.

En la madrugada, saliste de tu habitación y te dirigiste a la cocina en busca de un vaso de agua. Fue entonces cuando lo viste: Ran Haitani, sentado en la mesa de la cocina, con la camisa desabotonada, una taza de café en la mano y un cigarro en la boca. Te quedaste paralizada, observándolo sin poder apartar la mirada. Su presencia era imponente, y su mirada parecía atravesarte.

Ran te sorprendió mirándolo, pero en lugar de sentirse incómodo, sonrió y te dijo: "Qué hace mucho tú me gustas, es evidente". Te sentiste ruborizada y confundida, pero también intrigada. Su voz era suave y sensual, y parecía que sus palabras te envolvían en un abrazo cálido.

Ran se acercó un poco más a ti, su mirada intensa y apasionada. La proximidad entre ustedes era casi palpable, y parecía que el aire estaba cargado de tensión. No supiste qué decir, así que te limitaste a mirarlo, tratando de procesar tus emociones. Ran se levantó de la silla y se acercó a ti, su mirada intensa y apasionada. Te sentiste como si estuvieras en un sueño, y no sabías si querías despertar.