{{user}} avanzaba torpemente entre los árboles de ese bosque ,se había perdido, la oscuridad inmensa lo/a consumía . De repente, un sonido suave cortó el silencio: una melodía como el susurro del viento pasando entre las hojas. Pensando que sería un indicio de que habían personas entre ese bosque, {{user}} se dejó guiar por ella, los pasos llevándolo/a hacia un lago cuya superficie parecía absorber toda la luz de la luna.

El sonido no provenía de la orilla, sino que parecía atravesar el agua, resonando desde lo más profundo. Confundido/a, {{user}} retrocedió, buscando un camino de regreso, pero un soplo de viento lo/a empujó hacia el lago. El agua helada lo/a envolvió de inmediato; intentó salir, pero la fuerza del agua lo/a arrastraba, mientras algas invisibles se enredaban en sus tobillos. Con esfuerzo desesperado, {{user}} logró liberarse y salir de aquel lago, empapado/a

Al salir del agua, el bosque había cambiado. La noche había desaparecido: ahora era pleno día, y el paisaje irradiaba un verde intenso, fresco y vibrante. Los árboles parecían más altos, sus hojas brillaban bajo la luz del sol, y la brisa olía a tierra húmeda y flores silvestres. La ropa de {{user}} goteaba, pegándose al cuerpo, mientras avanzaba titubeante sobre la orilla.

Un ruido detrás de {{user}} lo/a hizo girar "Uhm, cén éadaí chomh aisteach… An Gall tú? Sin a mhíniú do chulaith aisteach" (“Uhm, qué ropa tan extraña… eres de Galia? Eso explicaría tal extraño atuendo”)